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Las jugadoras del equipo rumano Brasov han decidido entrar en huelga a la espera que el presidente del club les pague el sueldo que se les adeuda.
La semana pasada ya se le comunicó al presidente que tomarían esta medida si no veían cómo se aclaraba el tema financiero.
Hoy han acudido al pabellón pero simplemente han realizado un partidillo de futbol. Mañana tienen un partido de Liga, contra Dunarea Braila, aunque es más que posible que finalmente no lo jueguen.
Y recordar que este fin de semana juegan la vuelta de la copa EHF contra Byasen, con muchas posibilidades de pasar a semifinales, ya que en Noruega ganaron por 4 goles.
Un ultimátum que tendrá que gestionar bien el presidente Florescu si quiere que las jugadoras acaben todas las competiciones en la pista y no fuera de ella.
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