martes, 21 de abril de 2009

Retirada de Véronique Pecqueux- Rolland



La gran jugadora francesa de 36 años jugó el último partido de su carrera el domingo, justo en una confrontación entre su equipo, Dijon, y Besançon, los 2 únicos equipos de toda su exitosa carrera.
Aquí tenéis un vídeo con imágenes de esos emotivos momentos:




*Y una entrevista en un medio francés analizando toda su carrera:

-VÉRONIQUE, después de 17 años en D1, bajas el telón definitivamente hoy.

-Es seguro, no habrá vuelta atrás. Es algo que he elegido. Se pasa una página y si miro atrás no encuentro ningún reproche.

-Esperas un aconimteciento dichoso (está embarazada), pero eso significa que no retornarás a jugar?

-Sí. Al principio no elegí dejarlo, tampoco estaba embarazada, pensé continuar esta temporada. Hoy estoy orgullosa de lo que está por llegar.

-¿Por qué no dejarlo seguidamente después de los Juegos de Pekín?

-Si hubiera conseguido la medalla, hubiera parado. Pero no fue posible. Y yo quería que las cosas terminaran con mejor sabor de boca y disfrutar un poco de mis compañeras, de esta vida de grupo. Sin duda es lo que más voy a echar en falta. Esta integración en un equipo y la competición que me ha hecho siempre avanzar. Encontraré todo eso en mi próximo trabajo, pero aún así será todo diferente.

-En agosto pasado paraste tu carrera internacional. ¿No echaste en falta eso?

-Verdaderamente no. Son las compañeras quienes me faltan. En un momento dado hace falta saber parar y yo me preparé para eso. Decidí mi salida un poco como la de hoy. Si hubiera conseguido la medalla hubiera dejado de jugar completamente.

-El día siguiente de tu último partido de campeonato será sin duda un momento particular.

-Se hará raro no ir a los entrenamientos, a las sesiones de recuperación, de no vivir al ritmo del calendario deportivo. Es normal, puesto que el balonmano ha sido una gran parte de mi vida. Pero sé lo que voy a hacer después, no habrá un gran vacío en mi vida.

-Como un símbolo, paras en un partido Dijon-Besançon, los 2 clubes en tu carrera en D1.

-Podría decidir dejarlo antes, contra Nîmes o Arvor. Así es ideal, la apoteosis. Yo comencé en Dijon, he vivido grandes temporadas en Besançon con 4 títulos en 2003, antes de volver de nuevo a Dijon.

-16 temporadas en D1, 302 selecciones, sin contar los títulos, no está mal como carrera, no?

-Es extraordinario haber realizado una carrera como esta. Cuando llegué a Dijon en 1992, con mis ambiciones de ser internacional, jamás hubiera pensado tener tantas internacionalidades.

-Hay una ternura particular por el equipo de Francia, que salió del anonimato bajo vuestra era.

-Hemos vivido grandes momentos en esta época con una primera calificación en 1997. Cuando Olivier Krumbholz llegó con su proyecto, yo me incorporé a fondo. Y nos clasificamos para los Juegos después de ser finalistas en el Mundial de 1999. Después todo se fue encadenando. Hizo falta casi 10 años para ser campeonas del mundo en 2003. Estoy muy orgullosa de haber vivido esa epopeya. El único reproche será esa medalla olímpica que nunca hemos podido conseguir. He tenido la oportunidad de participar en 3 Juegos Olímpicos, pero para mí eso no tiene ningún sabor sin medalla.

-¿El año 2003 es el punto de orgullo en tu carrera?

-Es un año rico en emociones con el título mundial y los 4 títulos obtenidos con Besançon. Teníamos un equipo al que nadie nos podía igualar. Era un grupo solidario que tenía el culto de la victoria.

-¿Te acuerdas de tus primeros pasos en Dijon ?

-Difícil de olvidar. En 1992, yo llegué de La Motte-Servolex en D2, al principio debía fichar por Gagny. Llegué a un equipo dirigido por Dragan Zovko que me ha enseñado lo que es el rigor. Disputo la primera final europea del balonmano femenino francés y soy llamada esa misma temporada para el equipo nacional, todo eso a los 20 años. Fue extraordinario.

-Has tenido que manejar una carrera de deportista de élite y ser madre.

-La llegada de Gabin ha cambiado completamente mi visión de deportista de alto nivel. Yo no quería algún día mirar atrás y pensar "me falta algo en mi vida". Ser madre me ha sosegado, aunque nunca he dejado de dar la cara en todas las competiciones.

-Has privilegiado tu vida familiar prefiriendo no jugar en el extranjero. ¿Algún reproche?

-Ninguno. En 2004 me llamó Viborg, el "Barça" del balonmano femenino, fuí a ver el club y las instalaciones. Verdaderamente me tentó, pero no quería poner mi vida familiar en peligro. Hoy, no lo lamento en absoluto.

-Hay un después del balonmano, que harás a partir de ahora?

-Voy a trabajar próximamente para una filial del grupo Casino, la sociedad Mercialis que gestiona los centros comerciales. Durante 6 meses estaré en formación antes de ser directora del centro comercial de Chenôve. Es un nuevo desafío en mi vida.

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